Carta del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y Agua Morelos
Puebla Tlaxcala para invitar al diálogo en la Convención Estatal contra
la Imposición y mas allá.
Reciban un saludo fraterno a
todos los hermanos y hermanas de Puebla. Realizamos este documento con el afán
de promover un dialogo entre todos, lo hacemos con la honesta intención de que,
entre todos, podamos sacar todas las preguntas que se encuentran escondidas en
nosotros, o que sólo entre nosotros nos las preguntamos. Nosotros no tenemos las preguntas, ni mucho
menos las respuestas, pero queremos un diálogo, y esto es lo que nos
preguntamos.
Sabemos que existen cientos, tal
vez miles de descontentos en todo el Estado de Puebla, centenas de injusticias
a pequeña y gran escala. Sabemos las “más conocidas”, como el caso de la concesión
de 24 mineras a cielo abierto con sus hidroeléctricas en la Sierra Norte de
Puebla, o en nuestro caso, el gasoducto y la termoeléctrica rodeando al volcán
Popocatépetl, o los despidos a maestros, o la muerte por discriminación sexual,
o la contaminación que causan las industrias como Granjas Carroll, Dragón,
Cementos Cruz Azul o Pepsi-Cola y un lamentable etcétera.
Y también sabemos de individuos,
colectivos y organizaciones que han luchado desde hace años por un mundo
diferente. Otros han comenzado a luchar desde hace meses. Pero el tiempo no
importa, lo que importa es lo fuerte y vivo que se mantiene el corazón de los
que luchan.
Hoy, después del segundo fraude
electoral consecutivo, comenzamos a conocer a los jóvenes que se autodenominan #YoSoy132,
una diversidad de personas, principalmente universitarios, cansados de la
situación en el país, sabedores que este sistema ya no está funcionando, y que
buscan mas allá que el voto de un candidato. Gritaron queremos otra opción, y a
cambio lo que recibieron fue una imposición.
Esto es grave, pero sabemos que
no solo le sucedió al 132, sino a la mayoría de México. Vivimos un nuevo fraude
electoral y las instituciones que ahora “sí iban a funcionar”, solo se vuelven
más cínicas, así como cuando alguien te impone algo, los dos saben que es
incorrecta la acción, pero es que se hace
por la fuerza. Desde hace muchos años, el gobierno o el sistema se está
imponiendo a la fuerza, o sea que a la mala. ¿Y qué hacemos cuando alguien
quiere entrar a nuestra casa o tierra a la mala? Pues no lo dejamos y ESTAMOS
EN TODO NUESTRO DERECHO.
El problema es que “el derecho” y
“las instituciones” están de su lado, pero nuestro derecho sigue siendo DERECHO,
aunque el gobierno diga que actuamos ilegalmente.
Todos queremos un cambio con un
movimiento pacífico, pero ¿CÓMO? Es lo que a veces no nos atrevemos a preguntarnos
¿Cómo sacamos al ladrón de la casa de manera pacífica?
Lo único que se nos ocurre es:
pensar en TOD@S. No en nadie o una fórmula en específico, sólo se nos ocurre la
palabra TOD@S. Que nada nos atrape, ni nos contenga, que no nos discriminemos y
ataquemos entre nosotros, que no nos pongamos etiquetas que nos dividan, si
tenemos nuestra propia etiqueta o color que bueno, pero no por ser diferentes
hay que atacarnos o pensar que sólo mi etiqueta es la que debe existir, eso
sería reproducir lo que no queremos.
¿Porqué pelearme con el que quiere trabajar,
con el que quiere cambiar las cosas también? El gobierno siempre siembra
desconfianza y división, nuestro país tiene una gran historia y trayectoria de
infiltrados y traidores, pero tampoco caigamos en el juego de la división. En
las filas del Movimiento #YoSoy132, y en la gran, gran mayoría de los
movimientos: hay infiltrados. Esa es una de las razones por la cual este país
no cambia, porque cada intento de levantamiento pacífico, nos sabotean, nos
traicionan. Para cambiar este país debemos tomar esto en cuenta, tampoco ser
paranoicos, ni estar divididos, más bien, cuidarnos de no ser manipulados.
Todos tenemos un cerebro, ojos, oído y tacto, podemos ver por cuenta propia
quién quiere un cambio y quién otra cosa. Abramos bien los ojos y trabajemos
con nuestro barrio, con nuestro pueblo, citamos al video griego “Vamos a Iluminar la oscuridad”:
Una enseñanza en la cual el pensamiento se asfixia, no puede enseñar
nada más que la subordinación… queremos una vida que se base en la creatividad,
no en la compulsión, la culpabilidad y la dependencia… queremos hablar
igualitariamente, directamente, en plazas, calles, ámbitos laborales, aulas y
patios. Aprovechando el tiempo para sacar una conclusión y no para el traspaso
de opiniones y decisiones […]
No se queden solos, llámennos, llamen a tanta gente que sea posible, no
sabemos cómo podrán hacerlo, pero encontrarán la manera… dejen que sus escuelas
sean el primer hogar para nuestras nuevas relaciones, su arma más potente es
nuestra división… No escuchen a ninguna organización política, hagan lo que
necesiten, confíen en la gente, no en esquemas e ideas abstractas. Confíen en
sus relaciones directas con la gente, confíen en sus amigos, hagan que su lucha
disponga de cuanta gente más sea posible, su gente. No les escuchen cuando
digan que su lucha no tiene contenido político, y que debería obtenerlo, su
lucha es el contenido. Tan solo tienen su lucha y está en sus manos asegurar su
avance, tan solo ella puede cambiar su vida y a ustedes […]
No teman actuar cuando se enfrenten a cosas nuevas, cada uno de
nosotros, ahora que nos hacemos mayores, tiene algo sembrado en su cerebro,
ustedes también, aunque sean jóvenes. No
olviden la importancia de este hecho.
Si alguien
considera que el cambio es por otra vía,
o que contribuye por medio del arte o el grafiti, hay que escucharnos y
aprendernos, no atacarnos y vetarnos. Para muchos un grafiti deja un testimonio
del pueblo al pueblo. En las ciudades,
las calles están blancas y llenas de sus marcas: Soriana, Coca-Cola, Vota por
el PRI, etc. como si no pasara nada, como si todos estuviéramos de acuerdo con
lo que está pasando. Las calles limpias de grafiti revolucionario, también son
una pantalla como la televisión. Si decidimos desobedecer pacíficamente a las
instituciones, hay que desobedecer el veto a la libre expresión, si sus marcas
e imágenes de políticos están en las calles, también deben estar nuestras
protestas. Una marcha dura 2 o 3 horas, un mural, un grafiti
revolucionario, un anuncio en las calles
dura muchos días. La mayoría de la población lo que vemos en común son las
calles y la televisión. Porque nos vetamos este derecho de expresión, debemos
pedir permiso al pueblo y desobedecer al gobierno.
Esperamos que esta “primera” convención,
sea el inicio de un diálogo, una pequeña convención de convenciones. Pues somos
miles los descontentos en el Estado, y el país. Sólo nos reuniremos unos pocos
cientos. Pero esos pocos cientos o decenas de personas que nos reuniremos,
queremos otro México, con diferente política y rumbo, y una verdadera
democracia, y podemos ser los mensajeros para reunir al resto de la sociedad
que quiere lo mismo. Desde la democracia nacional con la elección presidencial,
hasta la democracia en los sindicatos, escuelas o comunidades. Y eso no estar
fuera de la ley, es estar fuera de sus garras, de las garras de los SAQUEADORES
PROFESIONALES, que HOY SON GOBIERNO.
Tal vez las palabras se oigan
duras, pero más dura es nuestra realidad, cuando vemos que al dejar que se
consumara la imposición de Calderón, 70 mil personas perdieron la vida por una
guerra provocada y ajena a las víctimas, la economía decayó gravemente, la
decadencia cultural aumentó y los megaproyectos despojadores se multiplicaron ¿Hoy
cuanto nos va a costar dejar pasar la imposición de Peña Nieto? ¿Dejar pasar al
ladrón?
Tendremos que pensarlo y
valorarlo de manera personal y grupal,
pues lo que queremos es muy grande y necesario, pero es posible, los jóvenes de
#Yosoy132 lo demuestran, pues algo, una energía, que se pensaba estaba dormida, despertó de
repente o salió del anonimato a juntarse.
Nuestras posibilidades de éxito en esta lucha son muchas, si primero le
ganamos a la soberbia, la descalificación, el protagonismo y la competencia.
En esta Primera Convención, ojala
podamos hacer un pacto, aunque sea de seis meses, de acabar o callar estos
cuatro vicios de quienes queremos un cambio. Si vencemos a ese enemigo común,
hoy mismo, en la lona, entonces podremos parar cualquier imposición y construiremos
un mundo diferente, será difícil muy difícil, pero será también muy diferente.
Nosotros vemos esta primera
convención, como un momento de comenzar a reagruparnos los que estamos
divididos por nada, de conocer y conocernos los que no nos conocemos, de saber
si tenemos las mismas preguntas e inquietudes, caminar juntos, pero no
revueltos. Ningún movimiento debería perder su independencia y forma: #Yosoy132
con la inclusión de todo el que se quiera autonombrarse así y que respete la
causa común; la MORENA que está desde abajo, luchando por un cambio; la Otra Campaña
desde la autonomía y todos, todos los que se quieran sentir incluidos. Cada
quien con sus formas y respetándolas, el que quiera levantar plumas o cerrar
carreteras que lo haga, pero que no tenga que hacerse un consenso “a huevo” y
los que no querían levantar plumas, terminen haciéndolo porque es parte del
movimiento o viceversa, estamos cuidando mucho las apariencias y siendo
esclavos de los medios, deslindándonos de acciones o apariencias para que no
tengamos un linchamiento mediático.
Todos debemos estar conscientes
de las acciones directas que hagamos y sus consecuencias, y ser respetuosos y
solidarios con las de los demás. El linchamiento de ideas no cabe en un movimiento social.
En el Frente de Pueblos en
Defensa de la Tierra y Agua, cuando nació en Puebla y Tlaxcala, se conformó con
miles de campesinos honestos, un puñado de políticos oportunistas y otros más
que queremos un cambio real. Muchas veces nos intentaron separar a los pueblos
por medio de los que “dirigían” el movimiento, pero no lo lograron, cuando una
comunidad se iba hacia una tendencia, no la linchábamos, simplemente le
decíamos que seguíamos en el mismo pacto “DEFENDER LA TIERRA” y que ahí nos
volveríamos a juntar todos los pueblos para hacer fuerza. Eso evitó que nos
dividieran, vendidos si hubo, pero tanto las autopistas Libramiento Norte y
Poniente no se han hecho, como las torres de alta tensión o el paso del
gasoducto y la termoeléctrica, y eso es, porque estamos unidos los pueblos,
independiente de los líderes que haya habido o hubiera. Si entre “líderes”
había problemas, los pueblos los hacían a un lado y seguían con la consigna
DEFENDER LA TIERRA.
Hay unas voces con las que
concordamos en que la nueva efervescencia social no debe adaptarse a lo cuadrado que pueda
tener la ya definida “izquierda mexicana” moderada, radical o cualquiera que
fuera. Por eso, no nos urge ningún nombre de una gran organización o frente que
diga que nos aglutina a todos, pero en los hechos, solo se vuelve el espacio de
las mismas organizaciones sociales de siempre, con los mismos vicios.
En vez de mirarnos sólo a
nosotros mismos, deberíamos mirar a todos los que nos faltan de platicar.
Millones de personas están descontentas en el país, pero estamos aislados,
inseguros, raros. Ojalá que nuestra primera gran misión como convención, sea
salir a platicar con la gente que no está con nosotros, pero que sí está con
nosotros.
Que nuestra consigna sea
encontrarnos con más pueblos y personas, que esto siga avanzando hacia afuera y
no nos encerremos en nuestros círculos de organización.
No nos importa hacer grandes
eventos, esos ya luego nada mas sirven para gritar fuerte nuestro descontento y
como un espacio apetitoso a los protagonistas. Pero si cambiamos la actitud y tratamos
de escucharnos todos, el que no quiera escuchar, va tener que ir hacer su
monólogo a otra parte, los que queramos hablar y ponernos de acuerdo, eso es lo
que vamos hacer.
Lamentablemente hemos visto como
movimientos de la población por surgir o ya surgidos son captados por “organizaciones
sociales”, no para hacer el movimiento más amplio, sino para comérselo entre
ellos. Esos a veces son infiltraciones y a veces son vicios, hay que juntarnos
todos: la experiencia social de las organizaciones humildes y honestas y la
nueva sangre social.
La situación es urgente, porque
es la vida la que está en riesgo, y tenemos varios retos inmediatos que vencer,
encontrar el equilibrio de la experiencia de los colectivos y organizaciones
sociales, de su trabajo y propuesta, con las nuevas ideas, la diversidad y
nuevas participaciones. El reto es cambiar la soberbia y la competencia por la
voluntad de aprender y caminar juntos.
Esperamos de corazón lo podamos
lograr, y lo pedimos más de 10.
Miércoles 22 de
agosto de 2012
T’neki tlalle huan atl para tenochti, amo timikiske por tumi
Queremos tierra y agua para
todos, no morir por dinero
Frente de Pueblos en
Defensa de la Tierra y Agua Morelos, Puebla Tlaxcala